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sábado, 28 de mayo de 2011

Lucky.

Pedir un deseo es algo muy relativo.
Las mejores cosas ocurren sin pedirlas; sin esperarlas, esos momentos que te sorprenden y permanecen en tu mente.
Podemos tirar miles de monedas a la fuente y esperar... Y esperar... Y seguir esperando. Pero lo más seguro es que no se cumpla lo que has deseado. Y si se cumple, probablemente la moneda no haya tenido nada que ver. En cambio, la Vida hace que se cumplan los deseos más valiosos: aquellos que no han sido dichos en voz alta.

Con el tiempo aprendemos que el trebol de cuatro hojas es una planta más, que el arcoiris no llega ahsta ningún tesoro y que deshojar la margarita recitando el "me quiere; no me quiere" no hará que el príncipe azul llegue.

Con el tiempo, entendemos que la suerte no reside en una moneda lanzada al aire sino que está presente en cada persona que está a nuestro lado cuando más lo necesitamos

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